jueves, 23 de octubre de 2014

Sólo el Hijo puede hacernos libres


Sólo el Hijo puede hacernos libres

31 Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo:Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; 32 y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.33 —Nosotros somos descendientes de Abraham —le contestaron—, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir que seremos liberados?34 —Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado —respondió Jesús—. 35 Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. 36 Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham. Sin embargo, procuran matarme porque no está en sus planes aceptar mi palabra. 38 Yo hablo de lo que he visto en presencia del Padre; así también ustedes, hagan lo que del Padre han escuchado.
Juan 8:31:38 (NVI).
En primer lugar, necesitamos reconocer si estamos en esclavitud o no; de otro modo sería imposible llegar a la libertad, si primeramente no vemos de qué debemos ser libres.
Quizás evidentemente estés en esclavitud y necesites ser libre, pero es más difícil cuando no nos parece tan evidente, y no vemos nuestra propia esclavitud.
Es necesario que revises tu vida: ¿hay pecados que se repiten? ¿Siempre pedís perdón por lo mismo? ¿Hay sentimientos negativos en tu corazón que eres incapaz de quitar?
Examíname, Señor; ¡ponme a prueba!

purifica mis entrañas y mi *corazón.
                                                   Salmos 26:2 (NVI). 
Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón;
    ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
Salmos 139:23 (NVI).

Tomemos un momento en este día para decirle a Dios: "Padre, examina mi corazón y dime si hay en él maldad".

Recuerda: la verdad no es la que vemos nosotros ni la que ven los demás, la verdad ¡es la que Dios ve!

Enzo Ippólito